La historia de Serena comenzó mucho antes de su nacimiento, aún en los primeros días de la humanidad, y para que te ubiques, necesito señalar algunos aspectos. Primero, Serena es una hija originalmente si Azazel, o en el vocabulario moderno, Azazyel, en la antigüedad, el caído estaba directamente relacionado con un ritual hebreo llamado Yom Kippur (Día de la Expiación), donde los sacerdotes sacrificaban un cordero en nombre de Jave y otro fue enviado al desierto a los caídos para poder pagar los pecados de la tribu. Segundo, después de años y años, el ritual fue corrompido por el propio Azazyel, quien buscó su bien personal, dando lugar a una secta.
La secta ha establecido una ciudad en el interior de Rusia, llamada Sudak, a lo largo de los años, se ha establecido una tradición. Solo las mujeres liderarían la secta, y a los 40 años, ella llevaría a otros dos niños, niñas, gemelos, concebidos a través de la consumación durante una luna de sangre, entre el líder actual y la futura madre y el propio caído.
La noche era fría cuando comenzó el ritual, Lilian, la madre de Serena descansaba desnuda sobre la delicada tela que cubría el altar frío, la piel blanca de la mujer, reflejaba la luz de la luna, mientras esperaba que su soberano apareciera en medio de la oscuridad. Y así se hizo, la luna de sangre comenzaba, y de las sombras del bosque aparecerá el hombre con inmensas alas negras, y en ese corto tiempo, poseyó ferozmente el cuerpo de su sirviente, plantando en él, la semilla corrupta de la vida. .
El destino trazado por los padres de la niña la obligó, junto con su hermana gemela Agatha, a ser ejemplar, dominando las más diversas áreas del conocimiento y la energía demoníaca que fluía de su cuerpo, pero el objetivo era cruel. El día antes del cumpleaños número 18 de las hermanas, cuando por fin se revelaron sus destinos, Serena abrió los ojos, en palabras de su madre, Azazyel esperaba el sacrificio más delicioso durante 17 años. Serena estaba destinada a disputar con su hermana por su vida, el ritual de cumpleaños de las hijas, consistiría en un duelo, en el cual el más fuerte se levantaría como el líder más joven de la secta, mientras que el más débil sería sacrificado y entregado a los caídos para que La consumió. Agatha, fiel, se sintió halagada por el honor, pero Serena, enfurecida, juzgó a todos los que estuvieron de acuerdo, incluidos madre y hermana, como locos.
El día tan esperado había llegado a su fin, y mientras se preparaba el ritual, Serena se encontró temiendo, y motivada por el miedo, huyó, dejando atrás a los que una vez llamó familia.